La Agencia Internacional de la Energía publicó la nueva edición de su informe Tendencias en aplicaciones fotovoltaicas 2016, en el cual se analiza en profundidad las políticas de apoyo para la implantación de la tecnología, el desarrollo de la industria y la integración de la energía fotovoltaica en el sector eléctrico, en los distintos países miembros de la Agencia.
Según se señala en el informe, el año 2015 fue un año récord para las instalaciones fotovoltaicas en el mundo, ya que la capacidad instalada adicional global ascendió a 50,7 gigavatios (GW), que representa un 26,5% superior a los registros de 2014.
De ese total de capacidad adicional, 33 GW fueron aportados por China, Japón y Estados Unidos; otros ocho países han instalado más de 1 GW y otros 7 tienen mercados por encima de los 300 MW.
A nivel mundial la potencia fotovoltaica total instalada se estima en aproximadamente 228 GW a finales de 2015; lo que representa más de un 1,2% de la demanda mundial de electricidad.
Los precios para los sistemas fotovoltaicos continuaron en 2015 con una disminución pero a un ritmo más lento de lo verificado en años anteriores. En el presente año 2016 se ha acelerado el decrecimiento de los precios.
La contribución anual de la demanda de electricidad fotovoltaica ya ha superado la marca del 1% en al menos 33 países, con Honduras a la cabeza con un 12%, seguido de Italia y Alemania con un 8% cada uno, y Grecia por encima del 7%.
Con respecto a los costos de generación fotovoltaica y más precisamente a los acuerdos de compra de energía (PPAs) recientemente contratados, se han anunciado valores record por debajo de los 3 u$s cents / kWh, confirmando lo que se puede lograr hoy en día en buenas condiciones de mercado y de recursos solares.
Pero aún el mercado mundial de energía fotovoltaica se caracteriza por ser impulsado en un 78% por incentivos financieros, acompañado por un creciente autoconsumo que representa un 15% y un 6% aproximadamente del mercado procedente de ofertas competitivas.
El informe concluye que la piedra angular para el despliegue de la energía solar fotovoltaica en los próximos años será cómo las redes de distribución podrán hacer frente a las altas proporciones de electricidad fotovoltaica, la adecuación de la generación y los retos de equilibrio en los sistemas con altas proporciones de renovables variables, y el costo de la transformación de las redes existentes.
En el aspecto que no se plantea duda, es en la capacidad de la industria fotovoltaica para reducir sus costes en los próximos años y de presentar productos innovadores. Además, se considera que el precio de la electricidad fotovoltaica seguirá disminuyendo y en consecuencia, se incrementará su competitividad.
La búsqueda de la calidad de la instalación fotovoltaica continuará y se mejorará la fiabilidad del sistema fotovoltaico junto con la reducción del riesgo percibido de poseer y mantener plantas de energía fotovoltaica.
La conclusión final para la AIE sería que el camino hacia la competitividad de la energía fotovoltaica es abierto, aunque sigue siendo complejo y vinculado a decisiones políticas. Pero la energía PV tiene la capacidad de seguir avanzando rápidamente y convertirse en la principal fuente de electricidad en el mundo.